Creo que así comienza una cita que se le atribuye al filósofo chino Lao-Tse. Lo cual me hace pensar que a veces, cuando creemos estar ayudando a alguien en realidad le perjudicamos. Y es que a veces, llamémosle instinto, llamémosle buena voluntad, nos orilla a realizar una serie de actos, sin pensar realmente en si serán o no buenos.
El otro día estaba yo sentado tomando el poco fresco que queda por estos rumbos cuando vi a esta tortuga paseando por los jardines. Una vez que quizo salir de la vereda y volver al jardín cayó sobre su espalda y ya no podía volver a su posición original. Alrededor de 10 minutos forcejeo para enderezarse, 10 minutos en que yo pensaba "pobrecita, voy a voltearla". Pero entonces pense, que como criatura que es, ella tenía que lograr eso sola, puesto que es una situación en la que se vería a menudo, para la cual debería estar preparada. Al final lo logró y yo seguí mi camino.
Seguí pensando sobre ello y al ver la fotografía hice esta pequeña reflexión, basado en la que el mismo Lao-Tse hizo. Enseñar no es dar, sino ayudar a que el otro pueda lograr algo por sí mismo.
Claro, todos necesitamos de todo, no menoscabo que necesitamos ayuda, pero eso tampoco nos debe hacer perezosos.
En fin. Hasta luego